España-USA, una guerra de galaxias
Campeón del mundo frente a campeón olímpico. No se podía pedir más. Y en efecto fue un grandioso espectáculo. Enhorabuena obligada, por tanto, a los organizadores. Y felicitémonos también por el hecho de que España, nuestra Selección, era uno de los protagonistas en ese choque cumbre. En realidad todo esto (el amistoso de ayer y la teórica final mundialista) es algo más, mucho más, que un partido España-USA. Es una batalla de dos mundos: la galaxia FIBA contra la galaxia NBA. Ayer se impuso la gran potencia americana, que hizo valer sus características distintivas: talento individual, velocidad y excelencia atlética. Los hombres de Krzyzewski arrancaron con gran intensidad defensiva y aprovecharon el agarrotamiento inicial de nuestro equipo.
La Selección española rozó la hazaña, pero no pudo imponer totalmente sus virtudes, que son el paradigma del mejor baloncesto FIBA: estrategia, técnica, disciplina y mentalidad colectiva. El deseo de complacer, la gran expectación creada, atenazaron a nuestros jugadores, que mostraron ansiedad en ataque y despistes en defensa. En Turquía podrán corregir errores y emplear la defensa en zona que esta vez se reservó Scariolo. Estados Unidos, por su parte, ha evidenciado un potencial tremendo. "Ya es hora de que sepamos dónde estamos", había dicho el seleccionador yanqui, Coach K. Pues bien, ha sido un test positivo para ellos. Están en la pole position. Se les atribuía, por inercia, el papel de favoritos. Ahora lo tienen con hechos palpables, pero España está muy cerca.