¡Ay si Peiró tuviera 50 años menos!
No me marché a Italia, me vendieron", repite Peiró siempre que le preguntan por su traspaso al Torino. El Atlético lo vendió por 25 millones, porque necesitaba dinero para pagar las nóminas de los jugadores. Se fue tras el verano del 62 para ganar doce veces más (de 300.000 pesetas a 3,5 millones) y enriquecer su palmarés (acababa de ganar la Recopa ante la Fiorentina, donde resultó decisivo, como lo fue en las finales de Copa ante el Madrid los dos años anteriores). Siempre fue un triunfador. Llegó al club rojiblanco con 18 años y su primer éxito fue cuando lo cedieron, junto a Collar, al Murcia. Lo subieron a Primera. Luego formaron un ala infernal.
Interior izquierdo, manejaba el balón con ambos pies, aunque era diestro. Era un goleador, porque tenía el hambre de los depredadores del área. "Cuando veía la cal del área, chutaba", dice él. Dejó el Atlético en la temporada 62-63 después de los tres primeros partidos de Liga (ya llevaba seis goles) y se marchó a triunfar en Italia. Gran huella dejó en el Inter, donde estuvo dos temporadas, pero ganó dos Ligas, una Copa de Europa y dos Intercontinentales. Allí coincidió con Helenio Herrera en el banquillo y jugadores de la talla de Facchetti, Picchi, Jair, Mazzola, Suárez y Corso. Hizo goles importantes. ¡Ay si ahora tuviera 50 años menos...! Encajaría en los dos equipos.