España es presente y futuro
Si alguien me cuenta hace treinta años que España podía llegar a dominar el Mundial de motociclismo del modo que lo está haciendo en esta temporada 2010, le hubiera considerado un lunático. En 125cc el dominio es tan abusivo que lo pueden ganar tres pilotos: Marc Márquez, Pol Espargaró y Nicolás Terol. Los tres son muy buenos y, lo que es más importante, tienen una proyección y capacidad de mejora más que considerable. Frente a este éxito arrollador de nuestra cantera está el escandaloso fracaso del motociclismo italiano, gran dominador de la especialidad los últimos años. El primer piloto transalpino que encontramos está en el puesto dieciocho, un tal Simone Grotzkyj, cinco antes que el siguiente italiano, Lorenzo Savadori.
He preguntado a colegas y aficionados italianos si tienen alguna teoría que explique este fracaso, pero les resulta más fácil justificar el éxito español (muchos y buenos circuitos, un campeonato nacional potentísimo, patrocinadores generosos y una política federativa correcta) que su propio descalabro. Creo que en los últimos años han basado sus éxitos en una sola persona, Rossi, y ahora que su llama se apaga ante el dominio de Lorenzo, sus 75 mundiales y más de 700 victorias no les sirven de nada, no tienen proyecto. Ya le pasó a Gran Bretaña, con 43 títulos y 362 victorias. España gana, pero además ha diseñado un plan de futuro ejemplar. Americanos, australianos, italianos, ingleses y franceses, tan envidiados antes, ahora sueñan con copiarnos.