Podríamos decir que hoy arranca una nueva era en la carrera deportiva del más grande, Valentino Rossi. Le queda lo que resta de temporada en Yamaha, pero es obvio que con el anuncio oficial de su fichaje por Ducati las cosas serán para él muy diferentes a partir de ahora en la marca de los diapasones. Las ambiciones del italiano viajan ya hacia Borgo Panigale, la fábrica donde nacen esas motos deportivas rojas que son leyenda, y en el doble desafío que afrontará la próxima temporada. El primero, el más obvio, intentar recuperar una corona mundial de MotoGP que este año, salvo catástrofe, ya tiene dueño: Jorge Lorenzo.

El segundo reto también es monumental. Valentino puede volver a hacer historia, si es que necesita hacerla más, convirtiéndose en el primer piloto capaz de ganar en la categoría reina con tres marcas distintas. Y que nadie antes lo haya conseguido, en más de sesenta años de Mundial, lo dice todo sobre la magnitud de la gesta. Seguro que el asunto le motiva, como lo hizo cada salto de categoría después de proclamarse campeón o dejar la poderosa Honda para marcharse a una Yamaha entonces segundona para hacerla ganadora. Ésa es su energía: el afán de superación. Será interesante ver cómo resuelve esta vez la papeleta