Lo de Schumacher en Hungaroring fue simplemente impresentable. Su barrabasada es tan evidente que no admite debate ni discusión. Ayer se disculpó y diría que el gesto le honra si no fuera porque su agresión a Barrichello fue tan rastrera que no me parece suficiente. No me sorprende su reacción al verse acorralado por el brasileño, porque su historial de cafradas es sobradamente conocido... Sin embargo, lo que no deja de provocar mi asombro es la capacidad de la FIA de utilizar un doble rasero en su consideración sobre los conflictos que surgen en los grandes premios. Nadie discute que Schumi merecía una sanción (y quizá más severa que la recibida), pero entonces que me expliquen por qué no se sancionó a Vettel en Hockenheim.

El piloto de Red Bull se fue descaradamente a por Alonso en la salida de Alemania, arrinconándole igualmente contra el muro del pit lane. Cierto es que la peligrosidad de esta acción pudiera ser inferior al tratarse de una arrancada y rodar los coches a menor velocidad (aunque en plena aceleración, todo sea dicho), pero la intencionalidad del hecho me parece mucho más grave: Vettel se fue a buscar sin complejos al asturiano para evitar que le adelantara. El Kaiser podría esgrimir en su descargo encontrarse en pleno fragor de la batalla, calificarlo (con poco pudor, eso sí) como un lance de carrera. Nada que ver con el descaro de su joven compatriota. Pues eso, que lo triste es que nunca sabremos por dónde van a salir esos sesudos comisarios de carrera....