¿Verano? ¿Qué verano?
El regreso de José Mourinho nos va a despertar de golpe del sueño de La Roja. Se nos cae el invierno encima. El shock ante la estampa de Mou, antídoto del fútbol del Barça, en pleno éxtasis del tiqui-taca será como un golpe de realidad, un regreso a lo cotidiano que no es bueno ni malo sino todo lo contrario. Por suerte, cuando despertemos, la Copa del Mundo todavía seguirá aquí, como el dinosaurio de Monterroso.
El verano durará todavía casi un par de meses más hasta que nos metamos de lleno en la normalidad futbolística de la temporada. Por eso el verano es tiempo de resistencia. Una resistencia muchísimo más agradable que hace algunos años, cuando dominaba el sota, caballo y rey de los torneos veraniegos: llegaba el Ramón de Carranza y sabías que se había acabado el verano. Hoy agosto es la Premier League, la previa de la Champions, las Supercopas y hasta la Intertoto. Hoy, en el fútbol, al verano ya no lo reconoce ni la madre que lo parió.