Lo de Ferrari es un desastre

Algo no funciona cuando de nuevo en vez de hablar de carreras tenemos que insistir en hacerlo de comisarios, injusticias, reglamentos y favoritismos. A mí me gustaría más elogiar la fantástica carrera de ayer, de la lección que le dio Webber a su equipo; de cómo está madurando poco a poco Hamilton; de cómo Rosberg se ha ganado el liderato de Mercedes a costa de un tristísimo Schumacher; de la inteligencia a lo Niki Lauda de un fantástico Button; de la mejora de los Williams con el eterno Barrichello al frente; de cómo corren los Force India; del milagro de Kobayashi y Sauber; de la malísima suerte de los españoles; de que Vettel a las malas también va rápido o del fracaso monumental de Ferrari. Fíjense si hay cosas que comentar, pero no, al final hay que hablar del lado oscuro de la F-1, de esas cuitas personales que hacen que el aficionado, hastiado, apague la televisión.

Y estoy de acuerdo que ayer los comisarios se confundieron y perjudicaron gravemente a Alonso, aplicaron mal el reglamento ya que éste abandona un momento la pista, pero no para beneficiarse, sino para evitar chocar con Kubica que es quién debería de haber sido sancionado. Hubo un equívoco, nunca una persecución, pero falta hablar de lo trascendente, de la verdad, de que los dos Ferrari llevan cuatro puntos en dos carreras por los catorce del Sauber de Kobayashi. A esto yo lo llamo fracaso, no injusticia. Esperemos que Ferrari espabile y Alonso, nueve carreras después, vuelva a ganar.