Domenicali, un tipo blandito

Creo que no admite demasiada discusión que la primera temporada de Fernando Alonso con Ferrari está lejos de satisfacer las expectativas que había despertado ese sueño teñido de rojo que llevábamos tanto tiempo anhelando. No sólo por los resultados (que no son en absoluto los esperados, con el asturiano ya a una distancia que comienza a ser peligrosa respecto a sus rivales directos) sino también por las sensaciones que el proyecto transmite. No sólo no se gana, es que ni siquiera tenemos la impresión de que se haya podido hacer, de que hayan existido opciones reales a ser más ambiciosos. Y una de las cosas que cada día me convence menos es la firmeza del jefe del equipo, Stefano Domenicali. Me parece un tipo demasiado blandito, diría que sobrepasado por las circunstancias.

Quería darle todo el margen de confianza posible, pero tras lo ocurrido en el GP de Valencia empiezo a pensar que su crédito se agota. Si la escandalosa sanción a Hamilton hubiera tenido que ser replicada por Flavio Briatore o incluso por Jean Todt, estoy convencido de que la reacción hubiera sido muy distinta. Hay momentos en lo que conviene dar un golpe en la mesa, salir a la palestra y disponerse a pelear por lo que uno considera de justicia. Sobre todo cuando se defiende y representa a una leyenda como Ferrari. Por el contrario, Domenicali se mostró tibio, diplomático y poco convincente. Si alguien tiene interés en que este Mundial termine convirtiéndose en un duelo a dos bandas, entre Red Bull y McLaren, lo cierto es que lo está consiguiendo. Y, lo que es aún peor, sin oposición...