Hoy tocan motos de nuevo en el año más español que se conoce. Lorenzo, líder en MotoGP; Elías, líder en Moto2; Terol, líder en 125cc. Pero es que si fallara alguno de los tres, Pedrosa, Gadea o Simón y Espargaró o Márquez, respectivamente, estarían en condiciones de sucederles. Semejante hegemonía no se conocía en el Mundial de motos y, de hecho, ningún país ha logrado el triplete desde que existen las tres categorías. De doce victorias posibles, llevamos nueve; de 23 podios posibles, llevamos 36. Se trata de un dominio insultante del que no existen precedentes. Si en París llegaron a comentar a Lissavetzky que Roland Garros se había convertido en el Campeonato de España de tenis ¿qué decir entonces del Mundial de motos?

Para que se produjera esta situación han tenido que darse unos factores muy favorables. Que en MotoGP la baja de Rossi coincidiera con la progresión de Lorenzo y el buen momento de Pedrosa. Que en Moto2 Elías fuera el único piloto con garantías que aceptara dar el paso atrás desde MotoGP, sin que, por otra parte, se haya hecho fuerte ningún piloto llegado de los 125cc. Por lo que respecta a esta cilindrada, ningún país como el nuestro para hacer cantera. Hay un trabajo bien hecho y no paran de salir chavales. Si se ha españolizado el Mundial será un problema de quienes no meten pilotos, no nuestro. Porque italianos, japoneses, ingleses y estadounidenses nunca han faltado. Los sigue habiendo, pero de momento no tan buenos.