Las dos caras de Brasil
Brasil ha comenzado su participación mundialista mostrando de nuevo las mismas dificultades que encontraron durante la fase de clasificación para imponerse a equipos teóricamente inferiores. Durante el primer tiempo hemos comprobado que al tratarse de un equipo diseñado para jugar a la contra, es precisamente en este tipo de partidos, en los que el rival le cede la obligación de llevar el peso, cuando salen a la luz las limitaciones ofensivas derivadas de la acumulación de jugadores por detrás del balón, y el carácter de contención que Dunga pide a sus tres jugadores de medio campo. La falta de ritmo de juego y la lentitud en la circulación del balón les impide conectar con facilidad con los tres jugadores de ataque en situaciones favorables, dependiendo en exceso de sus acciones individuales o de las jugadas a balón parado.
Tras el descanso, una salida con más intensidad les sirvió para ponerse por delante en el marcador, en una gran jugada en la que Maicon, mostrando todas sus cualidades ofensivas, ha definido con una enorme clase sólo al alcance de los grandes jugadores. Sus llegadas sorprendiendo desde atrás, sobradas de fuerza y calidad, serán una de las bazas importantes de Brasil en este Mundial. A partir del gol hemos visto al Brasil que se siente mucho más cómodo con espacios y explotando el talento y movilidad de sus jugadores. En una de estas acciones la canarinha ha hecho el segundo gol, con un fantástico pase de Robinho que Elano ha finalizado con precisión. Con todo ello, hay que recordar que Dunga ha logrado dos títulos como seleccionador (Copa Confederaciones y Copa América), y que como casi siempre, son firmes candidatos al título.