El talón de Aquiles de Brasil
Encontrar sustituto a Roberto Carlos, el mejor lateral izquierdo de la historia del fútbol, sigue siendo un problema para el seleccionador brasileño. Dunga ha convocado hasta ocho jugadores para actuar en esa posición desde que debutó en agosto de 2006 (Marcelo, Gilberto, Kléber, Juan, Adriano, Filipe Luís, André Santos y Michel Bastos). Todos tienen velocidad, calidad técnica y potencia en el disparo lejano, pero también una carencia común que provoca que el seleccionador dude a escasas horas del debut: la fragilidad defensiva.
Una de las misiones de Jorginho, ayudante de Dunga y extraordinario lateral derecho de la seleçao, además de analizar a los rivales, es precisamente la de trabajar con los laterales y aportar su experiencia para intentar que no les ganen la espalda y que no sean tan vulnerables al defender acciones de uno contra uno. Como posible solución han pensado que al limitar las subidas al ataque de sus hombres lograrían mejores resultados. Y es cierto que así el equipo no se descompensa mucho, pero aparte de perder potencial ofensivo, no logra la seguridad necesaria cuando se producen acciones individuales de los extremos rivales. La agresividad y la mentalidad defensiva es difícil de aprender.
Ante Corea del Norte empezará jugando Bastos, pero cuando Dunga detecte el plan de ataque ya diseñado de Costa de Marfil alternando a Kalou y Gervinho, y de Portugal con Cristiano Ronaldo o Simao atacando esa zona, tendrá que plantearse un cambio. A día de hoy por su agresividad, fuerza física y disciplina táctica, Dani Alves es la mejor opción para intentar arreglar este problema.