La UEFA le debe al Atlético de Madrid de manera urgente una final de Champions. La petición de estrenar La Peineta con este partido sería el momento oportuno de pagar una deuda que tienen contraída con el Vicente Calderón. Me parece sangrante que después de más de 60 años el feudo colchonero vaya a pasar a mejor vida sin haber albergado en sus instalaciones un partido de los denominados de alto copete. Tampoco la Federación de Villar se ha vuelta loca a la hora de hacer el homenaje que se merece el estadio colchonero. Por lo tanto, empezar la nueva historia de La Peineta con una Champions sería un recuerdo imborrable para todos los rojiblancos. Y si encima uno de los finalistas fuera el equipo de casa sería tocar el cielo con las manos.

Pero espero que también Villar y su gente, en el proyecto de un Mundial conjunto entre España y Portugal, tenga a La Peineta como la sede de la final. No habrá en España un estadio más moderno que el que se va a construir los próximos tres años en lo que iba a haber sido el Estadio Olímpico de Madrid. Será a imagen y semejanza del Emirates del Arsenal y, por lo tanto, la elección tiene que ser más que sencilla. Un buen momento para que Cerezo, directivo en la Federación, imponga sus galones y obligue a que consideren al Atlético como una de las entidades futbolísticas más importantes del mundo. Ya basta de ser ninguneados y que nos tomen como el pito del sereno en los despachos. Este Atlético es mucho más serio e importante que los directivos futbolísticos.