Reyes se ha ganado a pulso la renovación y el corazón del Vicente Calderón y el Atlético está entusiasmado con sus servicios. Este año el de Utrera ha justificado el esfuerzo que se hizo cuando se lo fichó del Arsenal, tras previo paso por el Real Madrid y el Benfica. La labor de Quique ha sido fundamental. Con Abel ni los buenos días y desde enero la actitud de Reyes cambió. Pedía el balón, no se escondía y era el que ponía las gotas de calidad necesarias para que Agüero y Forlán hicieran daño y al final llegó la Europea League y la final de la Copa en la que el colchonero se las tuvo tiesas con el banquillo sevillista por su hambre para hacer un doblete histórico. Salvo una oferta fuera de órbita seguirá con el equipo que le ha devuelto a su estado de estrella.

F ue el propio presidente Enrique Cerezo el defensor de Reyes cuando en el primer partido de la temporada concluida se escucharon desde el sector del Frente Atlético palabras muy fuertes dirigidas hacia su persona. Está situado en el mismo plano del Kun, De Gea y Domínguez que son piezas intocables en los proyectos de futuro. Desde que se fue Schuster, ha sido el jugador que ha enganchado mejor con sus delanteros y lo que está claro es que nadie en las oficinas tiene intención de desprenderse de sus servicios. Incluso se ha puesto el reto de volver a ser titular con la selección de Del Bosque. Reyes ha vuelto a recuperar las ganas de ser futbolista y se siente importante cuando se viste de atlético. Ni siquiera importa el dinero.