Con la llegada de Fran Mérida y las negociaciones para fichar a Filipe Luis parece que el Atlético quiere acabar con la maldita última década en la que se han fichado siempre nombres que venían de vuelta de todo, salvo honrosas excepciones como las de Forlán o Reyes, y cuyo rendimiento casi siempre era deprimente como pasó con Seitaridis o Maniche. Aparte hay otro dato fundamental, juventud y hambre por ganar. Por el Calderón hace tiempo -el último fue el Niño Torres- que falta en el vestuario gente implicada en la causa y que sepa que vestirse de colchonero. Es una oportunidad de oro y única para ser alguien en el mundo del fútbol y cosechar títulos en su carrera deportiva. Esta filosofía se tiene que instaurar de manera inmediata.

Está claro que, a falta de saber lo que pasará con el Kun Agüero y saber si hay o no dinero para subir el listón y la calidad de los fichajes, el proyecto de Quique me parece, cuanto menos, apetecible de ver. Vuelvo a insistir que con jugadores de futuro como Borja, Rubén Pérez, Portilla, Koke, Pulido o Atienza las gradas van a disfrutar. La gente rojiblanca pide por encima de todo futbolistas que se dejen el alma en el campo. Y salvo esta última temporada, y en especial en la Europa League y en la Copa, no ha sucedido desde hace tiempo. Incluso deberían dar una vuelta de tuerca y en los contratos incluir los incentivos. Ya basta de gente que lo haga bien o lo haga mal tiene un fijo de salida. Hemos sufrido muchas decepciones por situarnos a la altura de Madrid y Barça.