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Camina lento y seguro a la desaparición

Inicio de la rueda de prensa Rafael Morales, perdón Mateos, en qué estaría pensando: "El Xerez tiene una afición de Primera y directivos de Regional". Detrás del elogio fácil y barato a la afición (ponía paños calientes ante lo que se le venía encima), había una verdad palmaria con la que se desacreditaba a sí mismo: "...un directivo de Regional". Respaldado por su DNI jerezano, Mateos se vio al mando de las finanzas del club (y de Monterrubio) en el sillón de vicepresidente económico. Pero... llegó Souza y Mateos aceptó convivir en el Consejo con un grupo de argentinos desahogados que se dejan ver disfrutando de las excelencias de Jerez y cuyo cerebro, Federico, un Luis Oliver de acento porteño, encalomó al chisposo Martín Mattos el papelón de salir a dar la cara.

Mateos, desengañado por asociarse siempre al socio equivocado (Morales, Souza...) cargó contra su íntimo Monterrubio y la ondanada huele a querella. Pero el gran problema lo tiene el Xerez. Y lo más grave no será que la gente deteste a Monterrubio, no será que se cuestionen sistemáticamente las decisiones de Rondán, ni siquiera será que Gorosito renuncie porque sigue Monterrubio (Pipo no quería seguir, hablemos claro), ni tampoco que Morales vaya a revolotear carroñeramente sobre el club amparado en un 39% de acciones de las que el 26% están pignoradas... Lo más grave es que los acreedores, tras otro esperpento, apoyarán la disolución del Xerez cuando les presenten el Convenio. Ni Morales, ni Souza, ni Monterrubio, ni Oliver, ni... el Xerez.