Soñemos con un triplete... de títulos

Mereceré que me llamen atrevido cuando diga esto, pero con jornadas como la de ayer en Le Mans me van a permitir que me dé el gustazo: ahora lo que les toca a nuestros pilotos es ir a por el triplete... pero de títulos. Sí, sé que queda mucho, que el Mundial acaba de empezar, que en el deporte hay pocas (por no decir ninguna) certezas, pero estarán conmigo en que, a día de hoy, tampoco es una quimera soñar con un pleno de los pilotos españoles al final del campeonato. De momento estamos disfrutando de exhibiciones como la del GP de Francia (idéntica en sus ganadores a la de dos semanas atrás en Jerez), además de hacerlo de unas expectativas que, objetivamente, no pueden ser más halagüeñas. Hay motivos para ser ambiciosos, sin duda.

Parece casi seguro que el relevo de Julián Simón como número uno de 125cc será español, sólo un auténtico desastre evitaría que así ocurriera. Lo de Moto2 también tiene una pinta magnífica, porque Elías le ha cogido el pulso a la nueva categoría y ha encontrado en ella el trampolín ideal para intentar el regreso a MotoGP, además de que yo sigo teniendo una enorme confianza en Julito ahora que ha reencontrado el ritmo con el chasis Suter. Y en cuanto a la clase reina, qué quieren que les diga, prefiero ni imaginar que Lorenzo mantenga el nivel durante toda la campaña, porque si es así (ojalá) ni el mismísimo Rossi le verá el pelo. Seguro que este último desafío es el más duro y ambicioso, pero insisto en que, de momento, no hay razones para renunciar a nada.