Sesenta años y tan en forma...

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz... El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 celebra hoy sus sesenta años de existencia, seis largas décadas desde que se celebrara el primer gran premio, la carrera que inauguraba la era 'moderna' de la competición automovilística a su máximo nivel. Es mucho tiempo, sin duda, pero el certamen se mantiene en muy buena forma, con una salud envidiable pese a que, por supuesto, no le han faltado algunos achaques y dolencias de todo tipo. La F-1 es hoy uno de los deportes más seguidos del planeta, con unos planteamientos comerciales que son una referencia a seguir, un volumen de negocio estratosférico (incluso en época de crisis) y una proyección de futuro que parece no tener límites.

Y en lo deportivo, qué quieren que les diga, me sigue pareciendo uno de los mayores espectáculos de los que podemos disfrutar. Ya sé que habrá quien me diga que hay carreras aburridas, faltaría más; como partidos de fútbol de empate a cero, corridas de toros sin orejas y películas tostón. Pero la esencia de la F-1 es la búsqueda de la excelencia dentro y fuera de las pistas, tecnología de vanguardia y un 'show business' que no tiene parangón. Los mejores pilotos del mundo sobre los coches más rápidos jamás construidos. Por si fuera poco, España ha dejado de ser un país de comparsa en el campeonato para tener un peso específico destacado, así que poco más podemos pedir. Claro que todo es mejorable y de eso se trata, aunque en ese tránsito hacia una perfección inalcanzable yo pienso seguir vibrando con lo mucho que nos ofrece la Fórmula 1.