El Consejo recurre a la afición
El partido de Sevilla fue la gota que rebasó el vaso de la preocupación en el seno del Consejo de Administración del Sporting, al ver al equipo en una dinámica tan dubitativa, mientras que los de abajo aprietan y la ventaja con el descenso se redujo peligrosamente de doce a cinco puntos, a cinco jornadas del final. Un triunfo sobre el Valladolid significaría casi solucionar la permanencia, sin tener que prolongar la tensión que ahora se vive fuera del vestuario. Vega-Arango quiere sólo gente rojiblanca para apoyar a los artistas. Aunque la afición no marca los goles, la ayuda que presta desde las gradas es un incentivo especial. La consigna es respaldo total los 90 minutos, frente a un rival que tiene menos margen de error, casi ninguno, y tiene en juego la aspiración de no descender.
La presencia pucelana será testimonial, ya que sólo podrán entrar 600 a un precio más elevado del habitual. Esta medida impedirá volver a quejarse a la afición rojiblanca cuando le toque soportar medidas como las que adoptó el pasado año el Valladolid, cuando su presidente mostró temor al efecto de la Mareona en un partido que podía tener complicaciones para su club, como así fue, ya que el conjunto pucelano mantuvo la categoría a costa del Betis, en el agónico partido jugado en el Ruiz de Lopera en la jornada de clausura de la Liga. Para el Sporting es vital seguir en Primera División, en pleno desarrollo del proceso concursal, para tener la posibilidad de terminar de sanear una entidad que tiene uno de sus mejores avales en la mareona.