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Más allá del anuncio de mastercard

Seguro que usted amigo lector tiene muy presente ese spot del niño al que su papá da la sorpresa y lleva al fútbol. Esa secuencia de lo que vale una camiseta, un balón, una entrada para ver el partido soñado y que se remata con aquello de "la ilusión no tiene precio"... Pues sí y no. La verdad es que me pongo en el pellejo de tantos amigos de Cartagena que las han pasado de 'a metro', que han aguantado la larga travesía y que ahora tienen la posibilidad de recibir al Madrid, al Barça, a todos los grandes y veo en ellos la cara de ese niño 'ojiplático'. Lo veo y recuerdo lo que tantas veces me ha dicho el amigo Manuel Ángel Balaguer de SportCartagena, eso de "la ilusión de la ciudad". Lo que me decía el otro día en el campo un educado espectador: "Javier, es la ilusión de toda la vida"... y sí, no tiene precio, pero tiene unos beneficios colaterales tremendos. Dinerito circulando alrededor del balón que sabe a gloria en estos días de crisis, de destrucción de empleo.

Hace unos años, coincidiendo con el histórico éxito del Alavés en la UEFA, la Universidad del País Vasco estudió el impacto económico en la capital alavesa (en la hermosa capital alavesa quiero decir) y la cifra asusta: 36 millones de euros. Eso es lo que dejó, más allá de recuerdos imborrables para los que vimos al Alavés hasta en Tercera, ese paseo por la vieja Europa. De acuerdo que la Liga es diferente; que incluso el momento económico también lo es pero ¿Se dan cuenta de lo que se viene?