NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ni huelga ni solución duradera

Pinta que no habrá huelga. De hecho, desde el principio pareció un amagar para no dar de la AFE, aunque esgrimirla haya tenido utilidad coyuntural: arrancarle a la Federación un compromiso de pago de la deuda con el sindicato, en cómodos plazos, y a la Administración un retoque en ese 10% de las quinielas que da a los clubes.

Huele a pacto en precario, que aplaza el conflicto, pero no lo resuelve, porque la cuestión es estructural e histórica. Las deudas llevaron a las sociedades anónimas hace casi veinte años pero no se detuvo la sangría. Los sueldos de los futbolistas, alfa y omega del problema, siguieron invadiendo la partida total de gastos de los clubes. Imparablemente. Irremediablemente. Peligrosamente. Y ahora que ni las televisiones ni los ayuntamientos pueden salir al cruce ni seguir pagando la juerga, porque la crisis aprieta en privado y en público, aflora la dolorosa realidad, retratada en pequeños dramas personales.

Por eso habla Lissavetzky de un organismo regulador, un vigía de Occidente que ataque el origen del mal. Por ahí pasa la solución y no por una convocatoria de huelga, comprensible por el tamaño de la deuda, pero con la que se vacía el cargador en el primer combate.