Falta fuelle por la mala planificación

Ahora que tiene fútbol, al Atlético le falta fuelle. Nunca la dicha es completa. Es el peaje por estar en tres competiciones, en opinión de los menos ambiciosos; la culpa es de Quique que no ha sabido dosificar a la plantilla, dicen otros. Ni lo uno ni lo otro. Un equipo de la grandeza del Atlético tiene que aspirar a ganar todo. No puede ser de otra manera. Y lo que ha hecho el entrenador no ha sido más que tirar hacia delante con lo que lo que hay en la plantilla, que es escasa. Trece le valían, o al menos eso entendió una gran mayoría de sus palabras, porque son los que han llevado al equipo a la final de la Copa de Rey (que se juegue pronto, o no habrá ni jugadores que puedan disputarla), le han mantenido en la Europa League y lucha en Liga por acercarse a los puestos que otorgarán plaza la próxima temporada en Europa.

No sé qué pensará Quique cuando tire de lista para hacer las convocatorias, pero de los veintidós de la plantilla, Pernía, Koke y Pablo ni cuentan. Ya son diecinueve. Menos mal que Kun y Forlán, aunque mermados, no se han lesionado, porque no tienen más sustituto que Ibrahima, al que le ha tocado la lotería. Salvio llegó cinco meses tarde y sin hacer la pretemporada. También está mal, pero no por cansancio, sino por falta de preparación. Tampoco hay recambio para Assunçao, el sostén del equipo en la media, ni para Antonio López, porque del lateral, que era una prioridad, se olvidaron en cuanto Molinaro prefirió el Stuttgart. No hay más cera que la que arde y con ella intenta Quique mantener viva la llama en las tres competiciones. Iría mejor con más gente y mejor dosificada. Falta fuelle por la mala planificación. Y en eso la culpa es de Pitarch.