El partido ante el Madrid sólo se ganará si el Atleti saca a pasear su espíritu de las grandes gestas. Torres más altas han caído y, si bien es cierto que la pareja Cristiano-Higuain asusta, aunque De Gea está en un momento dulce, los blancos tampoco pueden estar tranquilos. Kun, Forlán y Reyes son de lo mejorcito del mercado y ya el año pasado les dimos una lección que solamente la mala suerte impidió que se saldara con una victoria. Este Atlético ya ha demostrado en la Copa y en Europa que a un solo partido puede volver loco a cualquiera.

La cita servirá para prepararnos para ganar la final al Sevilla. Y lo que es fundamental, que Quique mentalice a su gente de que no hay que asustarse con el escudo del Madrid. Saltar sin complejos y buscar siempre la victoria. Cualquier táctica defensiva sería la condena. La presión la tienen los blancos y el Atlético puede pescar en río revuelto y, sobre todo, hacer un favor a los azulgrana, a los cuales durante tantos años llevamos siendo su principal pesadilla. No pierdo la esperanza y estoy convencido de que el hambre de los nuestros les dará por fin a los aficionados la alegría que llevan esperando once años.