Mi corazón no pudo resistir el último cuarto de hora. No se puede sufrir más. Es increíble que el Atlético sufriera tanto ante un Sporting al que había dejado KO el Kun Agüero con una primera media hora para grabar en vídeo y que los errores en defensa propiciaron un segundo tiempo parecido a una defensa numantina ante unos portugueses más que flojitos. Hamburgo ya está a paso de cuatro partidos y siguen los de Quique subidos en la ola buena de la euforia y la suerte. El partido de anoche solamente se puede analizar desde el corazón y la casta. De fútbol poco salvo las maravillas del genio argentino y los detalles de un Reyes, cada día más trabajador, y al que le sobró el error absurdo en el primer gol del Sporting. De Gea también puso sobre el campo sus dotes de mando en el juego aéreo y pese a que los lusos ganaban a sus compañeros al final tuvieron que claudicar ante la fortaleza del guardameta rojiblanco.

La fiesta colchonera está durando más de lo esperando y hasta los dirigentes ya pueden respirar tranquilos, pues el presupuesto de la Champions ya se ha cumplido al pasar el equipo estas dos eliminatoria de la Europea Liga. La única verdad es que a falta de dos meses para acabar el año, el Atlético sigue vivo en Europa, es finalista de la Copa y va a empezar a luchar por llegar incluso hasta la Champions. Lo que en Navidades parecía un desastre, ahora se ha convertido en un año más que curioso. Es cierto que de fútbol andan cortos, y la ausencia de Tiago es cada día un duro lastre para crear fútbol en el centro del campo. Pero con Agüero, De Gea, Reyes, y el sudor del resto, Quique está consiguiendo recuperar a un equipo que parecía en fase terminal.