Soñar es gratis y con la victoria de ayer del Atlético ya pueden pensar que entrar en Europa por la puerta de la Liga no es una quimera, ya que incluso la Champions no está tan lejana. De Gea volvió a ser el ídolo: estuvo providencial en tres paradas marca de la casa. Pero sobre todo los de Quique echaron en falta a sus dos cerebros, Tiago y Reyes, que son los que pueden y saben encontrar huecos, tanto para Forlán como para el Kun. Camacho debe estar lamentando la ocasión que han desperdiciado para puntuar y Simao debe reflexionar y pedir disculpas a sus compañeros por una autoexpulsión que le pudo salir muy cara a su equipo. El partido fue de encefalograma plano. Mucha pelea y escasez de ideas. Lo más preocupante para los de Quique es que sus dos puntas, las joyas de la corona, Forlán y Agüero, están con los depósitos vacíos.

Ahora es el momento de fijarse otras metas en la Liga. Los seguidores colchoneros salieron del Calderón con una sensación de alivio. Un profundo respiro, ya que han estado más tiempo de lo debido en posiciones peligrosas. La situación ha variado notablemente. Los rojiblancos se han subido en la ola buena y hasta están teniendo más suerte de la habitual. Empataron en Zaragoza en el último minuto y ganan a Osasuna con una obra maestra de Jurado más corazón y coraje. Menos da una piedra. La grada incluso, ante el aburrimiento que sufría en el primer tiempo, se dedicó al bocadillo y mantuvo un silencio sepulcral en protesta por los partidos de los lunes. Por el Manzanares no gustan, que tomen nota los responsables. Incluso va a resultar que el final puede ser imborrable para los atléticos si a la Copa le añaden un cuarto puesto.