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Síntomas de gripe futbolística

No me da buenas vibraciones el equipo desde hace varios partidos. Le cuesta horrores sacar los partidos. Es como un náufrago extenuado que llega resoplando a la orilla. Ha costado una enormidad estar donde estamos en la Europa League, aunque se pasara como primero de 'grupito'. No quiero faltarle al respeto al Génova, al Lille, al Slavia de Praga y al Brujas, pero tengo la sensación que se pasó resoplando. Es cierto que con muchas rotaciones; a veces demasiadas y a veces las necesarias para dar minutos a los poco habituales y descanso a los más. Pero ya ante el Brujas hubo que hacer un esfuerzo titánico, con prorroga y jugando con los buenos. Y en la Liga, en los últimos siete partidos, sólo se han ganado dos y perdido otros dos, con tres empates.

Cuesta mucho ganar o empatar a los pequeños y en campos como en Tenerife se podía haber perdido. Y con el Atlético, salir goleados. Si no se le gana a los teóricos fáciles, se me hace cuesta arriba pensar en empatar en Barcelona o en ganar al Bremen. Y justo llega esta gripe futbolística en un mes clave. Hace tres semanas había ocho puntos con el quinto y ahora cuatro. Y gracias que el Sevilla tiene sus tropiezos y está en las tres competiciones. Y gracias que son el Mallorca y el Depor los otros perseguidores. Hace falta más nervio, más hombría, menos niñerías (expulsiones tontas) y más unión grada-equipo-entrenador. Espíritu valencianista, en definitiva. De verdad: o apretamos ahora o se puede ir por el desagüe lo que todavía hoy se tiene: la Champions.