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Una imagen parea la confianza

En el fútbol se vive a veces del estado de ánimo. En el caso del Sporting, por la experiencia de la pasada temporada, los fantasmas empezaron a resucitar después de haber sumado sólo cinco puntos en diez jornadas. En La Romareda, el equipo de Preciado estuvo en un nivel superior, con una actuación sobresaliente, que tuvo un efecto primordial para cambiar el estado de ánimo y renovar la confianza. Se dice que en el vestuario no afectaba el ambiente de temor que se respiraba en el entorno, pero es difícil abstraerse del nerviosismo. La mejor fórmula es con triunfos, pero si es con una buena imagen, mucho mejor. En Zaragoza, los rojiblancos dieron una satisfacción plena a la mareona, que en más de 2.000 se dejó notar en las gradas del vetusto campo aragonés.

Las estadísticas sufrieron alteraciones importantes en La Romareda. Bilic y Barral se reencontraron con el gol. El gaditano llevaba una vuelta entera sin marcar, lo que no es normal, por muchos difuntos que sean enterrados con su camiseta. El croata había cumplido tres meses de sequía. En el campo maño rompió el maleficio. El triunfo en el terreno aragonés volvió a producirse 27 años después de la última victoria con gol de Zurdi, y esta temporada se lograba ganar fuera, cuando casi se llevaba una vuelta desde el triunfo de San Mamés. Me alegro por la vuelta de Bilic y Barral a las noticias de los goles y por la extraordinaria actuación de Miguel De las Cuevas, sin olvidar a Lora. El sportinguismo tiene hoy la confianza renovada, pero sin pensar que Osasuna será fácil.