Qué gozada! Once años después los atléticos nos vamos a poder movilizar para una final de Copa. Nos debemos la revancha de aquella noche infausta de Valencia donde una pillería de Tamudo a Toni nos dejaba con la miel en los labios y camino del infierno. Mucho terreno andado y hasta incluso anoche, por fin, vimos esta temporada a un Atlético presentable. Desde el vestuario salieron mentalizados y hasta las penurias defensivas habituales quedaron tapadas por el trabajo de todo el equipo. De todas formas, lo del Kun es punto y aparte. Tiene un hambre de títulos que contagia a todos sus compañeros y fue el elemento desequilibrante. El argentino volvió loco al entramado de Portugal, aunque sería injusto no reconocer el apoyo arbitral a los colchoneros. El penalti a Jurado sólo existió en la imaginación de Mateu Lahoz.

Hoy mismo me voy a comprar el traje para la final. Roncero, ánimo, este año al menos hay un equipo madrileño que puede traerse un título para la capital. Paciencia y a copiar para el futuro. Incluso si el Sevilla remata la faena ante el Getafe y se mete entre los cuatro primeros de la Liga, el Atleti ya tendría asegurada su participación en la Europa League. Noche redonda y una pregunta en el ambiente: ¿por qué anoche esta imagen y en la Liga tanto disparate? La respuesta es sencilla. Así es el Atlético. Para las buenas y para las malas. Lo importante es que asuman la situación tan complicada que tienen en la competición liguera y alejen cuanto antes los fantasmas del descenso. Tomás, si hemos cogido la racha, hasta no descartes que te hagamos un favor contra el Barcelona. Un Atlético con Kun en plan divo es una máquina capaz de ganar a cualquiera.