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La plaza también está libre aquí

Pide con desesperación Lendoiro la cesión de Marcos Alonso para el Depor, una buena solución para las tres partes. Para el jugador, porque no hay oportunidad mejor para probarse en Primera teniendo en cuenta que los dos laterales zurdos del equipo gallego (Filipe Luis y Angulo) están lesionados de larguísima duración. Para el Depor, que encuentra un jugador con hambre sin gastar demasiado. Y para el Madrid, que se asegura que una de sus promesas tendrá partidos en Primera.

Pero hay otra solución más atrevida por la que, me temo, el club no apostará. Marcos ofrece el perfil que enamora al Bernabéu: joven (19 años recién cumplidos), criado en el club desde los 12 años y con el plus de ser nieto de una leyenda blanca, Marquitos. Y tiene, además, la fortuna de jugar en un puesto que Pellegrini parchea: o juega Arbeloa, buen marcador pero diestro y sin profundidad, o juega Marcelo, zurdo pero defensivamente bajo sospecha. Para justificar una decisión cobarde escucharemos que no es conveniente debilitar al Castilla, que le falta contundencia como lateral porque comenzó de interior, que no conviene probar su inexperiencia en una Liga tan al límite. Si Guardiola le hubiese dado tantas vueltas, ni usted ni yo sabríamos hoy quién es un tal Busquets.