NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Los perros, una buena compañía

He recordado esta historia que les voy a contar al recibir la invitación para asistir a la Feria del Perro, que todos los años se organiza en Tineo, una ciudad bella y noble del oriente de Asturias. Es la historia de Yako, un perro entrenado para localizar personas vivas entre los escombros, algo en lo que estos animales resultan imprescindibles, pues todavía ninguna máquina inventada por el hombre les supera en precisión, eficacia y rapidez. La quimioterapia consiguió frenar lo suficiente el avance del cáncer que le corroe como para permitirle acudir a la que, posiblemente, haya sido su última misión de rescate. Así que, junto al resto de miembros del equipo de Protección Civil de Getafe, se embarcó hace unas semanas para ayudar en Haití. En la historia de Yako se ejemplifica la ancestral colaboración entre el ser humano y el perro, una relación que se remonta a nuestros primeros pasos como especie. En ese largo camino, nos han defendido, nos han ayudado a transportar cargas, a cazar y a pastorear. Han ido con nosotros a la guerra y han sido infatigables compañeros de aventuras. Del túnel del tiempo, algunos canes han pasado a la Historia o la leyenda, como el viejo y noble Argos, el único que reconoció a Ulises a su regreso de la guerra de Troya. Con Alejandro Magno viajó hasta los confines del mundo su perro Periles, al que dedicó la fundación de varias ciudades. Mucho después, el gran explorador sueco Sven Hedin escribió un libro dedicado a sus perros, compañeros de expediciones en Asia. En el Central Park de Nueva York se encuentra una estatua en honor de Balto, líder de un tiro de perros de trineo que participó en la salvación de los niños de la ciudad de Nome, en Alaska, al transportar en pleno invierno vacunas contra la epidemia que los amenazaba.

En recuerdo de esa hazaña se celebra la Iditarod, la carrera de perros de trineo más famosa del mundo. Otros perros de trineo fueron claves para la conquista de los dos Polos. Su esfuerzo -y su uso como alimento- fue la clave del éxito de Amundsen en el Polo Sur frente al capitán Scott. Muchos de aquellos exploradores dejaron hermosos escritos sobre sus canes. Pero ninguno simboliza mejor el amor y el respeto a los perros que Frank Wild, lugarteniente y pieza clave de la expedición de Shackleton en la Antártida, que elegido para sacrificar a los perros, pues no podían llevárselos en su desesperado intento por escapar, escribió en su diario: "Me tocó hacerlo a mí y fue el peor trabajo de mi vida. He conocido a muchos hombres a los que dispararía antes que al peor de estos perros". Seguro que las personas que Yako y sus compañeros han rescatado con vida, mientras a su alrededor se sucedían escenas de brutalidad y pillaje, comprenden muy bien lo que sentía Wild.

Sebastián Álvaro es el creador de 'Al filo de lo Imposible'.