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¿Pero no tenía hecha la tarea?

Hay algo extraño en el trabajo de Jesús García Pitarch. Su continuidad con Enrique Cerezo mandando en la parcela deportiva se argumentó por parte del presidente del Atlético en que su salida, que parecía cantada dada la nula confianza que tenía Cerezo en el director deportivo, supondría que las gestiones que tenía cerradas para el mercado invernal se caerían. Vamos, que si Cerezo lo echaba, el Atlético se quedaría sin sus fichajes. Pero si los fichajes estaban cerrados, ¿para qué viaja ahora Suso a Argentina a pedir precios? La cosa vuelve a ser chusca, hasta chabacana, en el funcionamiento del Atlético.

Si Pitarch regresa de Argentina con los contratos de Otamendi y Salvio bajo el brazo habría hecho una gestión buena. No se trata de fichar a un Pantic, a un futbolista desconocido y barato que haga carrera en el Manzanares, algo que no ha hecho en toda su etapa Suso. Pero resulta harto complicado que firme a estos dos jugadores porque el Atlético de Madrid no tiene un euro que invertir. La situación económica es dramática y para traer a Otamendi, de quien se dice que es el nuevo Roberto Fabián Ayala, el Atlético debería invertir un mínimo de 10 millones de euros. Entonces, ¿para qué viaja Suso a Argentina? Aunque el problema no es él. El problema del Atlético es estructural, no coyuntural.