Basta de cuentas de la lechera
El lío es morrocotudo. Del pozo no sales en un mes. Quique debe dejarse de cuentas de la lechera y entender que la temporada se salva si en primavera no se mira con pavor hacia abajo. Lo que pudo ser y no fue ya no vale. No desde que se apostó por un entrenador, Abel, en el que no confiaban. Y no vale tras fichar a Quique sin ninguna convicción y por consejos externos interesados. Tampoco sirve lamentarse por no haber vendido a Forlán y Agüero. La obligación era no venderlos y, además, dar sensación de que se iba a por todas. Todo eso hay que borrarlo de la mente para poder salir de un problema que es mucho más grave de lo que parece. Cerezo es el primero que se baja del guindo.
Su mensaje no es retórico, entre otras cosas porque la retórica y Cerezo no casan. Atisba peligro real de descenso. Y si hay que tomar medidas drásticas, mejor en breve que no cuando no haya remedio. Matallanas regalaba una primera idea en AS: tirar de la cantera y, a la vez, analizar por qué eso sí funciona. El ahorro en fichajes del verano acabará saliendo por un pico en el mercado de invierno, tan caro como salió renovar a Abel, pero habrá que hacerlo. Tampoco es el momento de los nostálgicos. Aquello de que el Atlético era el segundo equipo de España, no sirve ni de consuelo. La situación es humillante pero la cosa puede ir a peor.