Partidazo ayer del Barcelona ante el Baskonia. Pero partidazo de verdad, de aquellos que se hablarán largo tiempo. Fue como si el Barcelona, celoso de que el Madrid de Messina acapare todos los elogios, hubiese querido dar un puñetazo sobre la mesa para decir que también está ahí. Pues lo está y hasta mete miedo. Llega ahora un Madrid-Barcelona y no sé lo que pasaría. Ya hubo uno al inicio de la temporada, en la Supercopa, torneo que tiene más de preparación y de amistoso que de competición. Ganó el Barcelona pero, por lo indicado, de aquel partido no se pueden extraer conclusiones. Del realizado ayer por el Barcelona, sí. Este Barcelona es mucho mejor que el de hace un año. Y eso que ha perdido a Ilyasova y Andersen.

Este Barcelona, por lo pronto, igualó el récord de triples en un partido de la ACB. Triples, ayer, metían todos. Hubo hasta 18. Flojearía la defensa del Baskonia, sin duda, pero el triple hay que meterlo aun sin tener a nadie delante. Y ayer Navarro, Morris y Lakovic los metían al derecho y al revés, en carrera y parados, solos o defendidos. ¡Qué exhibición! Y eso que al final pararon, que son cosas que no entiendo. Como el Madrid el jueves en Alemania, que no quiso jugar los últimos segundos. Mientras haya tiempo no hay por qué racanear el espectáculo. Menos ayer, que había un récord de triples al alcance. Juega el Barcelona un poquito en serio el último cuarto y el partido queda para la historia. Pues quede en el debe de Xavi Pascual.