Quique fue su enemigo

En un derbi no se conserva. Quique lo olvidó y patinó gravemente. Los médicos habían dado el visto bueno a que Kun jugara de inicio y el chico estaba como loco, pero el técnico se puso prudente y aguó el vino tras el subidón del Chelsea. La decisión no se entendería nunca, pero mucho menos antes de un parón liguero que minimizaría una hipotética recaída. Y luego Agüero se encargó de ponerle más en evidencia con la roja de Ramos, un gol y el casi empate que salvó Iker en su hoja de servicios.

Hubo más razones para la derrota, claro. No faltó el caos defensivo habitual y habría sido un detallazo que Telemadrid no hubiera obviado la repetición de una falta de Lass a Simao en el 42', que tenía toda la pinta de segunda amarilla. Cierto. Pero hubo un derbi con Kun y otro sin él y el Atleti ganó el segundo. Al Calderón le va a costar perdonar, como a Aguirre cuando no puso al argentino en Anfield y a Abel con Forlán en Oporto. Ayer Quique se puso una innecesaria zancadilla a sí mismo.