Abu Dhabi es el no va más

Abu Dhabi es el no va más

Abu Dhabi se estrenó en la Fórmula 1. Si Bahrain ya tiene su carrera, Doha celebra la suya de motos y Dubai ha apostado por el tenis para darse el capricho de ver a Nadal y Federer, Abu Dhabi no se iba a quedar atrás. Ha levantado un circuito no ya en el desierto, sino en una isla artificial, con lo cual ha sido diseñado a gusto y capricho del hombre sin tener que vencer o adaptarse a la naturaleza. Que tiene que ser todo llano, pues es todo llano; que aquí hay que levantar un metro, pues se levanta; que hay que poner luces por celebrarse la carrera en el horario europeo, pues se ponen; que hay que situar una curva donde atraca el yate de jeque, pues se sitúa. Y ahí está para admiración del mundo: es el circuito perfecto y más armonioso del mundo.

Los países del Golfo son así. El menor deseo del jeque es atendido al momento. Y como paga, hasta allá se va el circo de la Fórmula 1 en pleno. Grandes profesionales estos pilotos. Lo mismo corren por las calles de Montecarlo o las de Valencia, por las de Singapur en plena noche, que se ponen a 350 por hora en Monza o se lanzan a la aventura de disputar una carrera en un circuito donde antes sólo había mar. Así es el deporte del siglo XXI. Quien paga manda, y ya quisieran otros deportes tener las ofertas de la Fórmula 1, el tenis, las motos o el golf. Deportes éstos que pueden vivir de los ingresos que generan, mientras el resto sobrevive de la caridad pública. Por cierto, si un día se retirasen las subvenciones, ¿qué deportes nos quedarían?