Increíble: lo que le mata es el ataque
Si te vas a vivir con tu novia, hay problemas con los que cuentas: excesivos compromisos familiares, movida para ver tres partidos seguidos el sábado y tener que esconder peluches cuando vienen tus amigos. Vale, puedes convivir con eso. El desastre es si, de golpe, lo mejor de ella desaparece y, por ejemplo, deja de apetecerle jugar día y noche al... Trivial. Entonces todo se va al garete. Eso le pasa a este Atleti. Todos sabíamos que su defensa es un carnaval, que le faltan medios con talento y que la presencia de Kun, Forlán, Simao y Maxi le empuja a un 4-2-4 descompensadísimo. Sí, pero con esas taras ha entrado dos años en Champions y ése volvía a ser un objetivo factible. Hasta que lo mejor de él desapareció: el gol.
Porque lo que tiene a este equipo al borde del descenso no es que Javi Martínez le meta el enésimo gol a balón parado, es que se estrellen en los palos tres balones que hace unos meses habrían sido goles, 1-3 y tan contentos. Pasó ayer como ante Racing, Almería, APOEL y Valencia: el Atleti falla más que una escopeta de feria. Quique podrá lidiar con todo lo demás, pero si no logra recuperar la fe, la suerte, la puntería o lo que sea que ha abandonado a sus estrellas, no hay futuro.