Valdano, sin el miedo escénico
Jorge Valdano fue el inventor del concepto del miedo escénico para definir el ambiente que los rivales europeos del Madrid sufrían en el Bernabéu. Digo sufrían porque el miedo escénico ha pasado a mejor vida. Visito el estadio del Real desde los años ochenta, etapa en la que la Quinta del Buitre le daba la vuelta a los resultados como un buen cocinero a las tortillas. Jugar contra el Madrid en el Bernabéu era un suplicio. Tenías que ganar dos partidos: uno en el campo y otro en la grada. Ahora ya no. En estos tiempos modernos el estadio del Madrid se ha convertido en un teatro limpio, moderno, confortable y reluciente, pero ha perdido la pasión, el empuje de la grada, el aroma de su público. El Bernabéu ha ganado en imagen y ha perdido en fiereza.
Esa es la impresión que me quedó tras ver la primera victoria del Milán en Chamartín. Era la sexta visita en Champions de los rossoneri al campo del Madrid. El balance era demoledor: cuatro derrotas y un empate, el que consiguió en 1989 con un golazo de cabeza de Van Basten en una eliminatoria que se cerraría en San Siro con el histórico 5-0. El miércoles me sentí en el Bernabéu como en un cine sin sonido. Eché en falta el empuje de la grada y me quedé con una gran duda: ¿Ha cambiado el público del mítico Santiago Bernabéu o es que se ha vuelto frío e insensible porque el equipo no les anima desde el campo? Todos queremos una respuesta. Queremos saber si del miedo escénico el único que sigue vivo es su inventor: Jorge Valdano.