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Justicia para Albelda

Unai cambió a Albelda extenuado y Mestalla se arrancó a corear su nombre. Gracias Mestalla en nombre de todos los valencianistas de bien. "Es de bien nacido ser agradecido" me decía mi abuelo Perico. A Albelda se le había agriado la cara. Hace unos días estuvimos con él, en las Cenas del Tridente Brassa de Mar y a pesar de su pronta paternidad, su cara no brillaba. Albelda lleva la herida por dentro. La quiere disimular pero no puede. Los que le conocemos sabemos que sufre la frialdad que supone no sentirte querido por los tuyos, teniendo la seguridad de no haber hecho nada contra ellos.

Qué hizo Albelda ante el Barça que no hubiera hecho antes? Nada. Hizo lo mismo de siempre: dejarse la piel, sudar la camiseta, no besarse el escudo hipócritamente, defenderlo sin tener que hacer teatro para aparentar que lo quiere, dar órdenes en el campo, elevarse en los momentos difíciles, dar consuelo al compañero que ha fallado, abrazarse al que ha acertado En definitiva, ser Albelda. ¿Le han escuchado decir algo cuando Marchena le ha quitado el sitio? ¿Ha maniobrado contra Unai por detrás? No. Soy testigo de ello. Lo contrario, lo ha apoyado, aun no jugando y aunque piense (lógico) que él rinde mejor que Marchena en ese puesto y aunque Unai le diga que lo ve fenomenal, pero luego no le ponga. Mi agradecimiento a Mestalla por hacerle justicia y que sus padres volvieran a llorar pero esta vez de alegría. Albelda no denunció al Valencia. Denunció al innombrable Juan Soler y técnicamente se sentó en el banquillo Soler porque representópor desgracia) al club.