Craviotto y Pérez dan ejemplo

Craviotto y Pérez dan ejemplo

La imagen de Saúl Craviotto y Carlos Pérez, dos campeones olímpicos, patrullando por Gijón es todo un ejemplo. Un ejemplo de cómo se puede compaginar el trabajo con el deporte de alta competición. Una jornada de trabajo de ocho horas deja ocho horas libres para dedicarlas al entrenamiento y otras ocho para el descanso. Eso sí, cuando llegan los periodos de mayor carga de preparación, las concentraciones y las competiciones, gozan de permisos. No dejan de trabajar para España, que cuando acuden a los Juegos todos queremos que ganen medallas, así que a todos nos parece bien que cambien la patrullera por la piragua. Y como los deportistas tienen mucho tiempo libre, si lo dedican a trabajar, fenomenal. Por eso son un ejemplo.

Este es un modelo que viene de los países del Este. Zatopek pasó de zapatero a coronel del ejército checo, donde los ascensos se conseguían a base de medallas. Aquí, los deportistas tienen acceso a las fuerzas de seguridad del Estado en condiciones muy ventajosas; Craviotto y Pérez se aprovecharon de ello en su día, sin que su ejemplo, desafortunadamente, haya sido seguido por nadie en el último año. Han podido elegir destino -escogieron Gijón porque allí está su entrenador- y pueden pedir permiso cuando lo necesiten. Una demostración de que en España el deporte y la administración funcionan, con una ley que abre las puertas del mercado laboral a los deportistas no profesionales. Quien quiere, puede.