Esta Vuelta a España la ha ganado el más fuerte y el más regular, Alejandro Valverde, porque en la etapa de hoy va a darse un paseo hasta el podio de Madrid y un merecido homenaje. El murciano sólo tuvo un momento de debilidad, en la ascensión a La Pandera, que solventó con categoría, sin cebarse en la persecución de sus rivales, a los que finalmente superó. Si ayer, en la contrarreloj de Toledo, hubiera necesitado recortar algunos segundos respecto a Samuel o Evans, lo habría hecho, ya que corrió con cabeza, sin asumir riesgos, dando lo suficiente para no sentirse intranquilo con su primera posición. Samuel ha hecho una carrera de menos a más, como es habitual en él, y el australiano no está más arriba por la avería de Sierra Nevada.

Lo que sí me da pena es que los dos corredores más combativos y que más lo han probado de la carrera, Mosquera y Gesink, se hayan quedado fuera del podio. Ambos han sufrido la mala suerte de verse involucrados en casi todas las caídas peligrosas, y su rendimiento en las etapas de montaña podría haber sido muchísimo mejor sin los problemas físicos que han arrastrado. Basso también ha demostrado que después de dos años de sanción ha vuelto en forma, aunque tampoco pueda subir al cajón. Dos cuartos puestos en Giro y Vuelta no están nada mal. Lo que me ha sorprendido es que nuestros ciclistas sólo hayan logrado ganar dos etapas: la de Veloso y la de Cobo. Freire no mojó y Valverde y Samuel estaban más centrados en la pelea por la general.