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Dos madres, un hijo y ni un Salomón

La dimisión de Abásolo es un grito de auxilio: "¡Socorro, lo están matando!". Porque de los múltiples desaguisados que han llevado al Atleti hasta el actual caos, ninguno es tan dañino como el tenso duelo entre Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo. Se necesitan y disimulan (mal), pero la realidad desnuda a un disfuncional matrimonio de conveniencia, sin más futuro que el divorcio, mientras sufre su hijo. El presidente pone la cara y dice muchas cosas que no se cumplen porque el consejero delegado no las comparte y es quien decide. Cerezo promete fichajes que no se autorizan, no entiende que siga Pitarch al que su socio mantiene, responde en caliente cuando se le pide frialdad y así hasta el infinito.

No están de acuerdo en casi nada y tienen a la afición entre desconcertada e indignada, según el calibre de unos desencuentros cada vez menos privados. Por no hablar de los empleados del club, obligados a elegir bando y, a menudo, más pendientes de vigilar su espalda que de hacer su trabajo. Y mientras ellos agrandan su brecha, el Atleti se desintegra. El drama es que aquí no existe un Salomón que detenga a las madres antes de que, tirando cada una para su lado, partan al niño, el pobre Atleti, por la mitad. Han de parar solos y no parecen dispuestos. Así les va.

Diego Forlán concedió una entrevista a la página web de la UEFA en la que se muestra encantado de jugar con Agüero: "Formamos una gran pareja, nos entendemos muy bien. Ya llevamos un tiempo jugando juntos y estamos muy a gusto. Somos jugadores totalmente diferentes y por eso encajamos tan bien. Él sabe siempre lo que voy a hacer, porque siempre estoy un poco más retrasado y conoce perfectamente los movimientos que hago. Y esto no sólo me sucede con Kun, también con Maxi y con Simao. Este entendimiento nos ayuda a todos".

El uruguayo explica por qué no triunfó en la Premier: "En el Villarreal, en el Atlético y en Independiente lo importante ha sido siempre tener la confianza del entrenador durante los 90 minutos de partido. Jugar encuentro tras encuentro desarrolla tu juego y ahí está la diferencia con respecto a lo que me pasó en el Manchester United, donde no gocé de ninguna confianza y se notó".

Por último, hace balance de su carrera hasta el momento: "Tener dos Botas de Oro es algo que nunca soñé. Disfruto con el fútbol y marcar goles me da momentos de felicidad difíciles de explicar". -S. del Estal