La última venganza de Mosley

La última venganza de Mosley

Max Mosley se marcha de la FIA pero antes quiere saldar algunas cuentas pendientes. Sus despropósitos (con el pistoletazo de salida del escándalo de su orgía y la meta del enfrentamiento directo con los equipos, hasta llevarles a amenazar con un Mundial paralelo) le han echado de la poltrona y quiere irse dejando un recuerdito a quienes considera sus enemigos. Tuvo en su punto de mira a Ron Dennis hasta que abandonó la dirección de la escudería McLaren y ahora ha centrado sus acometidas en Flavio Briatore. No es que el lío de Piquet lo haya montado él, desde luego, pero sí que está haciendo todo lo posible para que el jefe de Renault se lleve un buen revolcón, incluyendo el juicio paralelo fruto de tantas filtraciones.

Porque alguien me explicará cómo es posible que cada mañana nos desayunemos con un documento confidencial expuesto en ese gigantesco escaparate que es Internet. Primero fue la declaración de Piquet, después las conclusiones de los comisarios encargados de la investigación previa. De este modo, con sus indiscreciones, la FIA está consiguiendo que la opinión pública tenga la tentación de prejuzgar lo ocurrido conociendo tan sólo la versión de una de las partes. Y así es como Briatore ha roto en Monza en silencio que tenía previsto mantener hasta el 21, porque veía como muchos ya le estaban considerando culpable antes de sentarse en el banquillo. Con este panorama, en el Consejo Mundial puede pasar cualquier cosa, no lo duden...