¡Que alguien se mueva de una vez!
Hemos cubierto ya tres de las cinco llegadas en alto, y todavía no he visto a ningún favorito arriesgar más de lo estrictamente necesario. Todos están corriendo con la calculadora para no exprimir fuerzas de más. Ayer desaprovecharon totalmente la etapa reina. ¿Por qué nadie se movió con dos subidas a Velefique y otra a Calar Alto? No deben de andar sobrados de fuerzas, porque, excepto Robert Gesink y Ezequiel Mosquera, no se produjo ni un amago de ataque entre los Evans, Basso, Valverde y Samuel. Tuvo que ser el más joven, el holandés Gesink, el más valiente del día.
Los principales beneficiados de esta falta de espíritu combativo son Evans y, sobre todo, Valverde. El murciano, ya que siempre le queda la posibilidad de ir arañando unos segunditos de bonificación en estas dos etapas de montaña que restan gracias a su punta de velocidad. El australiano, porque si llega con sólo siete segundos perdidos respecto a Valverde a la crono de Toledo, tiene bastantes papeletas para acabar con el maillot dorado en Madrid. Ojalá entre hoy y mañana se produzca el ansiado espectáculo que los aficionados deseamos, pero mucho que temo que como no se meneen Basso y Samuel, no va a pasar nada de nada.