Un deporte de héroes y valientes

Un deporte de héroes y valientes

Venía ayer camino del AS con mi Sportster (una de esas Harley que corren tan poco que te dejan tiempo para pensar) y no podía quitarme la idea de la cabeza: ¡Cómo me gustan las carreras de motos! El domingo de Misano me pareció épico y eso que MotoGP se quedó bastante descafeinado con el arreón de Rossi. Pero incluso su exhibición me reafirma en que éste es un deporte de valientes, de auténticos héroes. El italiano defendía su honor en casa y estaba dispuesto a todo por salir triunfante. En sus pensamientos no había lugar para el miedo, el conservadurismo o las estrategias. Sólo le valía ganar... y lo hizo.

Y qué decir de los protagonistas de 125 y 250cc. Los buenos y los malos de la película, de Barberá a Iannone pasando por Espargaró, Bautista, Simón o Pasini. Hombres, algunos casi niños, entregados a una pasión que les lleva a jugarse la vida en cada curva, desafiando los límites de la lógica y la física, yendo siempre un poco más allá y asumiendo con serenidad que, en un suspiro, pueden pasar de la gloria a la tragedia. Todos quieren ganar, sólo uno puede hacerlo. Ésa es la grandeza del deporte, de las carreras. A veces la rutina nos lleva a olvidarnos de ello, pero a mí me encanta recordarlo. Como hice ayer...