De lo divino, de nuevo, a lo terrenal

De lo divino, de nuevo, a lo terrenal

Sólo lo divino está libre de actos humanos y la Selección, aunque a veces se revista de ese halo místico que le hace parecer sobrenatural, es terrenal y, como tal, también comete errores. Sólo así se puede explicar lo que pasó el jueves en Lituania. Una derrota que ensombreció una preparación redonda, en la que había aprobado todos sus compromisos con nota, pero que no hace dudar de las opciones con las que España aterrizará esta mañana en Polonia. Por lo menos, a mí no. Sigue siendo la gran favorita.

De vez en cuando, viene bien un correctivo así: calma los ánimos y hace reflexionar sobre lo que ha funcionado y aquello en lo que hay que insistir más. Además, faltaban dos piezas importantes en los esquemas de Scariolo: Rudy Fernández y Pau Gasol. Sin Hércules, ¿quién hubiese librado del león de Citerón a los pueblos de Anfitrión y Tespio? ¿Quién hubiese liberado a los tebanos? En el de los Lakers tenemos a nuestro héroe particular, alguien que, a través de sus actos, puede pasar de lo humano a lo divino. Y hacer que la Selección lo haga también.