Unai Emery, ante su reválida

No lo reconocerá pero él que ha jugado en campos de tierra, lo debe saber. Si no clasifica este año al equipo para Champions, será difícil que renueve. Contamos con su humildad: "Yo también me tengo que ganar la renovación". Así es. La temporada pasada fue una campaña de aterrizaje y con tanto vaivén, terremotos sociales, lesiones, etc... se le dio por aceptable que el equipo ¿sólo? entrara en la Europa League (UEFA). Era su primer año y la atención estuvo distraída más hacia los despachos que hacia el césped. Pero esta temporada tiene pinta de que va a haber estabilidad social y que el protagonismo lo va a tener el balón y no las acciones.

Así que los focos y la lupa le apuntarán directamente. Emery se siente fuerte, aunque no haga ostentación de ello. Tiene motivos porque Manolo Llorente y Javier Gómez le han complacido en todo lo que han podido. Le trajeron a Moyá, le quitaron a Renan, le sacaron a Angulo, le han traído dos laterales y en las dos discrepancias (sanas y recomendables) que ha tenido con Fernando, el club ha optado por hacer lo que decía Unai. La primera, fichar a Moyá por cinco antes que a Granero por unos presuntos ocho millones (con permiso del Real Madrid). Y la segunda no traspasar a Banega por 7.5 para traer a De Guzmán por tres. Y si no le han traido a Emaná es porque no había dinero. Pero todo ello le compromete más y tiene más presión. No le han colmado a fichajes, pero se ha hecho lo que se ha podido. Y ya es bastante que se hayan quedado Silva, Mata y Villa. Por eso, el entrenador está ante su reválida. Unai: es tu turno.