Una vez más llega la desilusión

Una vez más llega la desilusión

Siempre me tomo muy en serio lo que dice Alonso. Si se muestra pesimista, prefiero no tener grandes expectativas para ese gran premio; si sus planteamientos apuntan al optimismo, la ilusión se apodera de mis pronósticos casi de forma automática. Por eso esperaba mucho más de esta cita en Bélgica, porque el asturiano llegaba a ella convencido de que las cosas le irían muy bien. La carrera aún no se ha disputado, pero siendo realistas se hace muy cuesta arriba pensar en un buen resultado cuando su posición en la parrilla es tan retrasada. La experiencia nos dice que saliendo más allá de las cinco primeras posiciones aspirar al podio es bastante complicado, así que sólo un cúmulo de circunstancias anómalas podría acercar al piloto asturiano a ese objetivo.

Lo peor del caso es que es otra oportunidad que se nos escapa y cada vez van quedando menos este año. Hace tiempo que todos nos dimos cuenta de que pintaban bastos para el binomio Alonso-Renault, pero yo al menos tenía la esperanza de que nos pudiéramos llevar a la boca alguna alegría que nos recordase que tenemos al mejor piloto del mundo. Sin embargo, fiascos como el de la calificación de ayer hacen temblar los cimientos de la ilusión, porque resulta muy frustrante tener el convencimiento de que el asturiano podría estar ganando carreras pero todo lo extraño que está ocurriendo en este Mundial, más la incompetencia de su mecánica, nos está privando de ese disfrute. En fin, supongo que vendrán tiempos mejores aunque estos están siendo duros.