Pellegrini acierta con el alemán

Pellegrini acierta con el alemán

Christoph se llama el gigantón. Suena como Cristiano, pero en versión alemana. Fue un fichaje inteligente de Mijatovic. Primero, porque llegó gratis total, lo que explica el elevado sueldo que el propio Metzelder reconoce públicamente en un acto que le honra. Segundo, porque es un defensa aplicado, polivalente (puede jugar de central y de lateral), jamás ha dado la nota y en el AS pocas veces se ha ganado un cero en las medidas crónicas de Trueba. Tampoco es un jugador de tres estrellas, pero cuando salta al campo el personal está muy tranquilo porque sabe que es un zaguero de alta fiabilidad. El año pasado firmó tres partidos enormes en el Camp Nou, San Mamés y Sánchez Pizjuán. Por eso ha sido un acierto de Pellegrini pedirle a Valdano que lo apartase de la lista de transferibles en la que estaba colocado el 1 de junio...

Además, Metzelder es un hombre cultivado que sabe cuidar la imagen del Madrid. Es fácil encontrártelo en el Museo del Prado, en un estreno teatral o cenando con su novia en la terraza del Portón del Duque, su escondite favorito. Le preocupa la crisis económica y por eso afirma tener una responsabilidad añadida con la afición. Y no olvido que los alemanes han dejado buena huella. En mi primer partido en el Bernabéu (5-0 a Las Palmas, 1973) aluciné con Netzer. Luego llegaron el bohemio Breitner, el irreductible Stielike, el arquitecto Schuster y la torre de Colonia, Illgner, con el que se ganó la Séptima. Metzelder, danke por todo.