Solidaridad para la defensa

Para el Atlético el ensayo de ayer fue una prueba muy valiosa. Delante tuvo a un equipo con perfil de grande que basa su juego en cuatro habilidosos futbolistas que gustan de infiltrarse entre líneas. Abel pudo así medir el achique de su línea defensiva ante el gambeteo de Aimar, Di María, Saviola y las diagonales de Cardozo y una cosa quedó clara: la defensa sudó tinta el año pasado y volverá a hacerlo éste, y precisamente no por falta de pericia de quienes la conforman. Parada a más de 30 metros de la portería, la zaga se vio cómoda cuando el Atlético finalizaba los ataques, pero con cada imprecisión en la entrega rojiblanca se multiplicaban los riesgos para los defensas. Así llegó el primer gol del Benfica y así llegarán más en contra del Atlético. Es un precio a asumir para intentar que el equipo recupere en campo rival y se puedan montar eléctricos contraataques con Simao, Forlán y Agüero como vértices.

Mucho se habló la temporada pasada de los errores individuales de los de atrás, porque los hubo, pero para el nuevo ejercicio va a haber que pedirle más solidaridad a los volantes, aunque sólo sea para cerrar líneas de pase y que laterales rojiblancos no se vean tan expuestos al dos contra uno. Así Asenjo vivirá más tranquilo, aunque serenidad no le falta. Ayer tocó mucho el balón, sobre todo con los pies. Pero el palentino no acusó ni un solo titubeo y se mostró seguro tanto con las manos como a la hora de achicar agua con los pies recordando a Molina.