No ha pasado aún nada en doce días

Es muy triste que después del transcurso de once etapas, doce días con la jornada de descanso incluida, no haya pasado todavía nada en este Tour de Francia. Por lo menos hemos podido comprobar que el británico Mark Cavendish es el rey indiscutible en las llegadas masivas. El chico de Isla de Man ha ganado cuatro de los cinco sprints que se han disputado hasta la fecha. Sólo perdió en la cima del Castillo de Montjuïc, en Barcelona, donde, aunque se metió en la pelea, no estaba en su mejor terreno, ya que la meta picaba lo suyo para arriba. Para que nuestro Óscar Freire pueda aspirar a su primera victoria tendrá que esperar a que Cavendish no ande cerca de él. Quizá en sucesivas etapas de media montaña disponga de su oportunidad.

Pero lo más duro de todo es que no ha ocurrido nada en la lucha por la clasificación general. La máxima diferencia que se ha producido entre los favoritos llegó en la tercera jornada, con el abanico camino de La Grande Motte. Ahí le cayeron 40 segundos a todos los candidatos a ganar en París menos a Lance Armstrong. Luego, la contrarreloj por equipos desvirtuó la competición, ya que colocó a cuatro corredores del Astaná entre los cinco primeros. Los Pirineos sólo dieron de sí (mínimamente) en la subida a Arcalís, cuando vimos el arranque de genio de Alberto Contador. Luego dos días más, con tres puertos de primera y el Tourmalet, y de nuevo nada. Los aficionados tienen que estar muertos de aburrimiento en sus casas.