Valentía, dignidad y honor
Por qué tres tipos no se tiran al suelo cuando se desata una balacera de mil demonios. Ésta es la pregunta que se quiere responder Javier Cercas al escribir Anatomía de un instante. Y mientras lo hace, nos lleva de paseo por los tiempos y los personajes que de una u otra forma fueron protagonistas de la intentona golpista del 23-F. Es un viaje en el tiempo sobre valores hoy casi olvidados: la valentía, la dignidad, el honor y la coherencia personal. Resulta escalofriante comprobar el cúmulo de estupidez, megalomanía, y falta de estatura moral y política que envolvió aquel atentado ("la placenta del golpe", lo llama Cercas) contra una temblorosa democracia apenas asentada.
No es que Cercas aporte datos nuevos ni novedades asombrosas relacionadas con conspiraciones "iluminadas", tan de moda últimamente. No era ésa su intención, como él mismo ha declarado, sino usar las herramientas de la novela para poner orden en el caos de azar y desorden que suele ser la realidad. Y al dotarlo de ese orden, el suceso del golpe de estado del 23 de febrero se nos aparece en toda su cruda realidad de veleidosos salvapatrias, aprendices de estadistas metidos a conspiradores de salón, trepas ansiosos de que corra el escalafón o bocazas de cuarto de banderas. Coincidiendo con mi lectura de este apasionante relato, surgió la noticia de que había sido detenido uno de los ejecutores del músico y activista político chileno Víctor Jara durante los primeros momentos del golpe militar liderado por el general Pinochet en 1973. Se recordaba en el artículo las torturas y sevicias a las que fue sometido Jara por los militares golpistas antes de ultimarlo, lo que me hizo reflexionar sobre lo que podría haber ocurrido también aquí de haber triunfado Tejero y sus colegas.
Y es que jugar con fuego es una más que peligrosa actividad, una lección que no pareció conocer nuestra clase dirigente hasta que oyeron silbar las balas sobre sus cabezas en el Congreso de los Diputados y se tiraron al suelo. Todos menos tres: Suárez, Carrillo y Gutiérrez Mellado. El porqué de ese gesto intrigó a Cercas y, amparado en la cita de Borges que dice que el destino de un hombre, por largo y complicado que sea, consta de un solo momento: ése en el que "...sabe para siempre quién es", se ha lanzado a desentrañarlo. Son esos "momentos de la verdad" que dicen los taurinos.
He conocido unos cuantos en nuestras expediciones. Son instantes definitorios, esclarecedores, en los que no caben subterfugios ni excusas: cada uno se expone tal y como en realidad es. Y tanto vale para un hombre como para un país. El 23-F nos enfrentó a ese instante iluminador y logramos salir de él con una democracia reforzada que nos ha supuesto 30 años de paz y progreso. Se los debemos a gentes valientes y dignas, civiles y militares. Y no debería olvidársenos nunca.
Sebastián Álvaro es creador de 'Al Filo de lo Imposible'